- Especialista en glaucoma

Para preparar este post me estaba revisando un artículo de divulgación que preparé hace unos años sobre la cirugía de las cataratas y después de releerlo varias veces, mi conclusión es la siguiente: “Todo ha cambiado… nada ha cambiado”.

Oftalmólogo neoyorquino Charles Kelman – descubrió la técnica de la facoemulsificación para la operación de cataratas.

Me explico, cuando escribí el texto hablaba de las bondades de la facoemulsificación como técnica más perfecta para la extracción de las cataratas. Esta técnica, descubierta por el oftalmólogo neoyorquino Charles Kelman, se basa en el uso de ultrasonidos para “deshacer” el cristalino opacificado (la catarata) y supuso una revolución en la cirugía de la catarata, convirtiendo este procedimiento quirúrgico en el más realizado en la actualidad, con un grado de satisfacción altísimo para paciente y cirujano. (http://en.wikipedia.org/wiki/Phacoemulsification)

Y si este es el mejor procedimiento hoy en día para operar una catarata… ¿qué es lo que ha cambiado? Pues la introducción del láser de femtosegundo en la cirugía de catarata: se trata de un láser que ya se empleaba en la cirugía refractiva para realizar el lentículo corneal  del LASIK (para corregir miopía, astigmatismo o hipermetropía), y que ha empezado a usarse para determinados pasos de la cirugía de la catarata.

Cuando empieza a implantarse un nuevo procedimiento, y hasta que se depura la técnica, es necesario ser cautos a la hora de adoptarlo como técnica habitual.

Si ponemos en una balanza las ventajas e inconvenientes del femto-faco (o faco láser) nos quedaría así:

Ventajas de la operación de catarata con laser:

1.- Mayor precisión de las incisiones y la capsulorrexis (apertura del cristalino)

2.- Mayor seguridad, al no depender de las manos del cirujano

3.- Se disminuye la potencia de ultrasonidos utilizada durante el procedimiento

Inconvenientes:

1.- No está demostrado científicamente que sea mejor que la técnica convencional

2.- Sigue requiriendo de las manos del cirujano para completar la operación: requiere ultrasonidos para aspirar el cristalino (aunque menos) y requiere que el cirujano implante la lente intraocular.

3.- Requiere mucho más tiempo quirúrgico para el mismo procedimiento.

4.- Es mucho más costosa que la técnica convencional: por el aparato, por el fungible utilizado y por el personal necesario para realizarlo.

5.- No es posible realizarlo en todos los pacientes: está contraindicado en pupilas pequeñas, cataratas hipermaduras y otros casos complejos, que se solucionan mejor con el abordaje convencional.

Yo he empleado ambos sistemas para operar cataratas, y pienso que un cirujano experto en facoemulsificación puede resolver cualquier problema con cualquiera de las dos técnicas, pero que sin duda le recomendará realizar aquella con la que sus resultados sean mejores.

Un saludo y hasta el próximo post